Por suerte, hoy en día existe una mayor conciencia acerca la importancia de cuidar nuestra salud mental. Quizás en algún momento has pensando en ir a terapia, sin embargo, puede que sientas que falta información sobre cuándo es el momento adecuado y cómo puede ayudarte. A continuación, te comento en qué situaciones resulta recomendable acudir a terapia y cómo funciona.
A veces, la vida nos presenta situaciones que sobrepasan nuestra capacidad para encontrar una salida que nos permita sentir bien por nuestra cuenta, y justamente en esos momentos, comenzar un proceso de terapia puede ser una decisión transformadora.
Por ejemplo, cuando sientes que tus emociones y/o pensamientos son muy perturbadores y ya has intentado todo para aliviar tu malestar y nada parece funcionar, es probable que tu sistema nervioso esté desregulado y requiera ayuda. Un sistema nervioso desregulado puede manifestarse en ansiedad, estrés, fatiga, ataques de pánico, insomnio, problemas de concentración, falta de sentido para vivir, dolores cervicales, bruxismo, etc.
También, hay casos en que las personas acuden a terapia porque quieren profundizar en su autoconocimiento, mejorar algunos aspectos de su vida que perciben que no anda bien y no saben cómo hacerlo.
¿Cómo funciona la terapia?
La terapia es un proceso de crecimiento personal que funciona a través de la relación con otra persona: en este caso terapeuta. De hecho, distintas investigaciones evidencian que el 80 % de la efectividad del proceso de terapia se basa en la construcción de un vínculo suficientemente bueno con tu terapeuta.
Esto significa que tu terapeuta proporcionará un espacio de seguridad, respeto y confianza para que puedas explorar lo que está afectando a tu salud psicoemocional y así puedas ir integrando los recursos que necesites para regular tu sistema nervioso. En definitiva, la relación terapéutica favorece la corregulación, es decir, tu terapeuta será la persona que te regule y te brindará herramientas mientras, poco a poco, aprendes autorregularte.
La terapia es el lugar donde puedes ser tú, con tus luces y sombras.
¿Cuánto dura el proceso de terapia?
La duración del proceso terapéutico varía según tus necesidades, tus propios recursos y compromiso. Por tanto, no hay un número de sesiones predeterminadas.
Si el caso lo permite el proceso puede ser breve, dado que el objetivo es que vayas consiguiendo mayor autonomía frente a tu problemática, y en este sentido, una mayor capacidad para regular tus emociones por ti misma. Por otro lado, algo importante a tener en cuenta es que consiste en un proceso que requiere conocerte y comprenderte, lo cual puede implicar un tiempo.
Respecto a la frecuencia de las sesiones también puede variar, ya sea semanal o quincenal para que la terapia sea efectiva. Se puede acordar en forma conjunta la frecuencia más conveniente para ti.
¿Cómo es ir a terapia?
Ir a terapia es un espacio para hablar, conversar, conocerte mejor y aliviar tu malestar con el apoyo de un persona profesional.
En algunas sesiones te sorprenderás, en otras llorarás, te reirás, otras saldrás removida, y puede que a veces salgas sintiéndote confundida, preguntándote si la sesión ha sido realmente útil. Todo esto es completamente normal y forma parte del proceso.
Cada sesión es una oportunidad para explorar emociones, creencias, anclar recursos o aprender otros nuevos. Aunque a veces no parezca que estás avanzando, cada paso cuenta en tu camino hacia el bienestar. La terapia es un camino de autodescubrimiento y crecimiento que te llevará a lugares inesperados, pero necesarios para tu desarrollo personal.